13/6/11

Chavela Vargas





"Frida esparcía ternura como flores, sí, como flores. Una gran ternura, una ternura infinita" 
Chavela Vargas



Isabel Vargas Lizano (1919), hija de Herminia Lizano y Francisco Vargas, nació en Heredia y fue criada en Guanacaste. Dio sus primeros pasos en la canción en Costa Rica pais donde nació y creció. La niña que nunca jugó con muñecas, se levantaba de noche a buscar serenatas, montar a caballo en pelo y mirar el río. Eran tiempos de prejuicios y miedo al qué dirán. Una noche no pudo ver su estrella. Enfermó de la vista y cuando iban a secarle los ojos con nitrato de plata la sanó un indígena; los indios -que también le curaron la poliomielitis- son, al decir suyo, los únicos seres puros que quedan.
Sin pelos en la lengua, Chavela habla en su autobiografía de una infancia infeliz: "A mis abuelos no los conocí y a mis padres más de lo que hubiese querido. Tuve cuatro hermanos y puesto que he de decirlo casi todo, lo diré: mis padres no me querían (..) Cuando mis padres se divorciaron me fui con mis tíos que Dios los tenga en el infierno". Partió a los 14 años sola y se identificó con el México de los años 50. Huía de los rumores en un pueblo que no entendía que una mujer usara pantalones y de un país que no supo, según ella, valorar su talento.

En México, desempeñó varios oficios "Vivía en una azotea de un edificio, bañándome en el baño de las criadas, vendía cositas y cantaba. Una señora me prestó un coche y pusimos una agencia de criadas, y yo, en el cochecito, llevaba a las muchachas a las casas y ganaba dos pesos por cada una", hasta que apareció la oportunidad que le hizo tropezar con la fama: el tema Macorina una canción de rebeldía del s. XVII con arreglos propios.

Eran épocas en las que paseaba con Agustín Lara, vivía con los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo y cenaba grandes dosis de tequila. Despojada, ataviada apenas con un poncho, abrigada en su propio decir, su voz recia recorrió el territorio mexicano y llenó los antros de la noche azteca: El Otro Refugio, El Blanquita, El Patio, La Taberna de El Greco. La biografía de Chavela Vargas es el itinerario de una voz anclada en las entrañas, es la historia de un corazón desgarrado y un temperamento que transgrede.

A mitad de los 50 hace una temporada en el Champagne Room de La Perla, en Acapulco, donde asiste todo Hollywood; canta en la boda de la actriz Elizabeth Taylor con el productor Mike Todd, conoce a Rod Hudson, Grace Kelly, Ava Gardner, entre muchos artistas de la época.

Llegaron los discos y melodías como La Llorona, Somos, Luz de luna o Canción de las simples cosas. Cuando la voz áspera de la ternura, "la Vargas", camina entre imágenes polvorientas de la revolución mexicana; entonando los corridos Juan Charrasqueado y Simón Blanco, las salas se vienen abajo.

Como ya he dicho antes, se
codea con el compositor Agustín Lara, la poeta Pita Amor, el pintor Diego Rivera, el escritor Juan Rulfo, el cantante Pepe Jara. De todos, a quien más admira es a José Alfredo Jiménez. Un filósofo, piensa, que con sus canciones enseña a vivir; un artista que según ella abre mundos como el argentino Atahualpa Yupanqui.

Chavela, quien ha sido frontal a la hora de hablar de su sexualidad y que señaló que entre sus amores estuvo la pintora Frida Kahlo, dice en su autobiografía: "se dieron cuenta de que yo era homosexual desde muy niña". Agrega que, para referirse a ella muchos utilizaban el término "rareza". Y concluye: Lo que duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera una peste".

Con el tiempo, la artista estuvo durante 12 años alejada de la canción, de los escenarios y casi de la vida, por culpa del alcoholismo. Mientras que su vida en México era desastrosa. "Estrenaba un coche el viernes y el lunes ya no tenía nada, me emborrachaba y me iba a cantar por las calles. Yo tomaba tequila, todo me lo tomé, por eso no quedó nada allá".

En su regreso dijo: "Salí de los infiernos, pero lo hice cantando". Una leyenda habla de disparos de pistolas, de chicas secuestradas en su caballo blanco, brioso, por el paseo de Insurgentes. "Eso no hay que creerselo, monto a caballo, amo los caballos, pero el de mi leyenda era en realidad un Alfa Romeo blanco, y nunca secuestré a nadie. Yo he tenido que luchar para ser yo y que se me respete, y llevar ese estigma, para mi es un orgullo. Llevar el nombre de lesbiana. No lo voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo niego". La fragilidad de su estampa, chiquita, delgada, ajetreada. Por su arrugada figura de no más de 53 kilos dejaron su huella los 40 mil litros de alcohol, que, según un cálculo de su hermano, ella bebió a lo largo de sus 78 años años. "Un día, estábamos de viaje por Acapulco y a él se le dio por sacar la cuenta de lo que había tomado, por pelos y señales. Y lo cierto es que el número, aunque elevado, no me asustó. Todo tiene un para qué en la vida. Y por algo habrá sido, y yo sé que por algo fue, pero me lo reservo."

Aplaudida en el Olympia de París, ovacionada en el Palacio de Bellas Artes de México y distinguida en España por la Universidad de Alcalá de Henares como Excelentísima e Ilustrísima Señora ("nunca me habían dado un título como ser humano"), la popularidad de la cantante es tal que incluso una calle del pueblo español de Burgos lleva su nombre.

Almodóvar le dio la bienvenida y le ofreció participar en su producción La flor de mi secreto. A partir de ese momento, los títulos y reconocimientos mundiales dan alegría y fe a su trayectoria musical. Para Chavela, España es: "Un país que me hizo su amiga en los años 80, abriéndome sus brazos y su juventud.

Se retiró por un tiempo de los escenarios por miedo a perder su voz ("No quiero que me vayan a ver solamente por ser una viejita simpática"), aunque sigue colaborando en grabaciones junto a otros artistas como Miguel Bosé, Joaquín Sabina, Ana Belén y Armando Manzanero. El director de cine Pedro Almodóvar, besó el suelo del escenario del Pabellón de Deportes del Real Madrid y pidió silencio a la audiencia antes de entregar a Vargas el Premio Latino de Honor. El Consejo de Ministros español le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica en el año 2000.

Apareció en la película de Julie Taymor, Frida, cantando sus clásicos La llorona y Paloma negra. También apareció en Babel, película de A. González Iñárritu, cantando Tú me acostumbraste, bolero de Frank Domínguez.

Actualmente vive en Tepoztlán, en el Estado de Morelos, a las faldas del Cerro del Tepozteco con quien ella cuenta que platica todas las mañanas.

Durante el 2009, con motivo de su 90 aniversario, el Gobierno de la Ciudad de México le rindió un homenaje nombrándola ciudadana distinguida. A este evento concurrieron, de manera presencial y a través de video, múltiples personalidades del ámbito artístico, cultural y periodístico de Iberoamérica, como: Julieta Venegas, Eugenia León, Carlos Monsiváis, Carmen Aristegui, J. Sabina y P. Almodóvar entre otros.

Aparece inmortalizada en la canción Por el bulevar de los sueños rotos de Sabina y Álvaro Urquijo.

En Diciembre de 2009, en coautoría con María Cortina, se presenta el libro Mis verdades, que narra a modo de entrevista, los acontecimientos más trascendentes de la vida de Chavela Vargas.

En abril de 2010, a los 91 años de edad, presenta su más reciente material discográfico Por mi culpa, en el que se incluyen duetos con sus grandes amigos: Eugenia León, Lila Downs, Joaquín Sabina, La Negra Chagra y Mario Ávila. Y en octubre de 2010 se presenta, en el marco de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de México, en un concierto junto con la Negra Chagra y logra reunir en el zócalo de la ciudad a centenares de personas para el relanzamiento de su libro y disco.

Ya no bebe tequila ni fuma cigarros. Ya no enamora mujeres por derecho, a plena luz del día. Tal vez porque aquel alcohol, aquel humo y aquellas caricias ya no son piedra de escándalo, territorios prohibidos. A veces se queda callada. Y sólo vuelve a hablar cuando está segura de que sus frases van a mejorar el silencio. Quién supiera hablar como calla Chavela.



"Moriré un lunes, el día más aburrido pero no quiero cruces ni llantos. Que dejen descansar a la Vargas." Chavela


9/6/11

Mala Noche Trailer (Gus Van Sant, 1985)



 
Primer largo de Gus Van Sant, rodado en blanco y negro con una cámara de 16 mm y un presupuesto de apenas 25.000 dólares. Van Sant articula una novela autobiográfica de Walt Curtis, centrada en la historia de amor no correspondido entre un dependiente gay de Portland (interpretado en pantalla por Tim Streeter) y un inmigrante mejicano (Doug Cooeyate). Aunque es indiferente a Walt, Johnny aceptar dormir con él por dinero... . Curtis trabaja como dependiente de un lúgubre establecimiento mientras desarrolla su vida de forma totalmente alternativa, dentro de un ambiente definido por la marginalidad y una visión alternativa de la propia existencia. Una andadura vital que para nuestro protagonista revestirá un nuevo aliciente al atisbar por vez primera al desarrapado y arrogante Johnny. Desde el primer momento, su voz en off delatará sus intenciones y su homosexualidad le llevará a una sincera carrera por conquistar a un muchacho que le es totalmente esquivo en sus deseos. El centroamericano se encontrará siempre acompañado por su amigo Roberto Peper (Ray Monge), joven con el que Curtis igualmente estrechará sus lazos de sincera amistad, con la nada velada intención de conquistar su objeto de deseo
Desarrollada en Portland, ciudad en que el director vivió algunos años, no son pocos los elementos que aparecen aquí por primera vez y que luego van a constituir algunas de las señas de identidad del propio Gus: el interés por el mundo marginal, homosexualidad, la combinación de imágenes en blanco y negro y en color, la determinante y simbólica presencia de la carretera, planos de cielos poblados de nubes,... .
El título no está traducido y deja entrever la influciencia de la cultura latina -más precisamente mexicana- en Estados Unidos: estamos hablando de los "mojados", es decir, de los ilegales. Y una exploración de un obsesivo amor homosexual.

El acercamiento del cineasta a esta historia no pretende en ningún momento ser realista ni desde luego sus intereses están puestos en un cine de vocación social o política (los filmes de Van Sant de mayor carga ideológica, de denuncia, son los cortos Thanksgiving Prayer y Ballad of the Skeletons, dos variaciones sobre una misma idea a cargo de dos voces distintas, la de William S. Burroughs y la de Allen Ginsberg, pero, aunque puesto en primer término, al director parece interesarle menos el contenido explícitamente político de estos cortometrajes que su formalización en la pantalla, el diálogo que establecen los poemas con las imágenes que los contrapuntean).
Un crítico estadounidense le ha definido como el poeta de los inadaptados. Gus van Sant se crió como un niño de buena familia, pero su homosexualidad le acercó a los sectores marginales de la ciudad donde creció. Chaperos, putas, drogadictos. La juventud y sus márgenes han sido su fuente de inspiración y la de su mejor cine.
Con una trama local, que contiene temas tan universales como el amor no correspondido, la inmigración, el sexo y la homosexualidad, Gus Van Sant utiliza por primera vez los largos pasillos, las carreteras interminables, los barrios marginales, las nubes a toda velocidad, la estética que tantas veces hemos visto en sus personajes y la música del desierto, aderezada con algunos temas hispanos tan famosos como Gracias a la vida de Violeta Parra, colocados a lo largo del film con mucha habilidad.

La escasez de medios, se refleja en una iluminación en ocasiones casi inexistente, pero que casa a la perfección con el conjunto de la obra, con la intención de la mayoría de no ser vistos, la oscuridad de sus vidas, o la sexualidad reprimida de un tercer protagonista, que sólo se ve liberada cuando se acerca la noche. La película, bastante visible en su retrato de personajes perdedores con acertadas ubicaciones ambientales, es narrada con estilo y énfasis en sus angulos, contrastes lumínicos que aúnan expresionismo y verismo, primerísimos planos, y músicas que viajan de tonadas tradicionales mexicanas a guitarras blues, algún sonido similar al theremin, y canciones garajeras.
Salta a la vista son los toscos trabajos de montaje, sonorización y fotografía en blanco y negro, que otorgan a la imagen cualidades contradictorias. Por una parte, el desprecio por la narrativa clásica y la ubicación en escenarios urbanos nada edulcorados nos remiten al urgente naturalismo de John Cassavetes. Por otra, la lucha de blancos y negros en los planos es a veces tan extrema que estos devienen puntual y despreocupadamente expresionistas y hasta abstractos, en sintonía con las proclamas radicales del New American Cinema expresadas por Stan Brakhage en su artículo de 1963 “Metaphors on Vision”

Logra combinar una inicialmente caótica muestra de planos sueltos, dispuestos con aparente anarquía, que en su conjunto logran articular una propuesta honesta, descriptiva, atractiva en la incorporación de esas pinceladas contrapuestas, en ese patetismo moderado y tamizado por lo general con una vertiente irónica y humana.
Una película dura, tierna y atractiva para ver con una cerveza y un bocata (y rodeados de amigos para luego comentar), quizá la pongan en algún cine de verano en estos meses que vienen... . Disfruten!

 "El crédito es como el sexo, unos lo tienen y otros no" 
Mala Noche

8/6/11

Pili y Mili: Nat y Lu.

"Los verdaderos amigos se tienen que enfadar de vez en cuando."
Louis Pasteur





 Yo le canto la canción de la chinita.









Olga, mujer de belleza exótica ;O

"Una de las alegrías de la amistad es saber en quien confiar." 
A. Manzoni


Ella es. Simplemente. Ella está. Simplemente. Ella y yo. 






Mi mejor amigo: Pablo.

"Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba 
engánchalos a tu alma con ganchos de acero."
W. Shakespeare


Él es Pablo. Uno de mis mejores amigos. De los que de verdad siempre están ahí. El viernes estuve con él, con la cabeza llena de cables, Nat y yo estuvimos con él, riendonos y hablando como si no hubiera pasado tiempo sin estar juntos. Siempre he sabido que él es un amigo para siempre. Te quiero Pablo. Gracias por estar ahí!

Nos conocimos en la universidad, en clase de Historia Antigua I, creo.

 ¡Qué bien lo hemos pasado, eh!




Juan Rivas & Donatore Di Groove Con German Coppini

7/6/11

Character (Karakter, 1997) Mike Van Diem



Film del holandés M. Van Diem, que ganadora del Oscar a la Mejor Película de Lengua Extranjera en 1998, basado en la novela homónima de Ferdinand Bordewijk.

Katadreuffe es un joven que atraviesa por dificultades económicas en la Rotterdam de los años 20. Vive bajo la tiranía de su padre, el dominante alguacil Dreverhaven, un hombre que todavía no ha aceptado que la madre del chico lo abandonara y que vuelca toda su rabia y fustración sobre su hijo. 
Durante un interrogatorio, el joven cuenta su historia: es el fruto de un único encuentro entre Dreverhaven y un ama de llaves, Joba Katadreuffe, quien rehusa casarse con el áspero oficial. Obsesionado con su hijo pero incapaz de ofrecerle amor, Dreverhaven decide prepararlo para la vida haciéndole las cosas difíciles. Cuando falla el primer intento en el mundo de los negocios de Katadreuffe, se encuentra con deudas ante un banco presidido por su padre que rápidamente le inicia un juicio por quiebra. 
Katadreuffe decide convertirse en abogado y es contratado por un estudio dirigido por el compasivo De Gankelaar (Victor Löw). Pero su padre continúa acosándolo. Finalmente, el joven le anuncia que se graduó. Dreverhaven lo felicita. Pero Katadreuffe no acepta los halagos de la persona con la que siempre estuvo enfrentado.  

Es un duro drama que narra la relación entre un hijo ambicioso -que busca abrirse camino en la vida- y su padre, un hombre rudo y miserable que no sólo le ignora, sino que le coarta su existencia.

Van Diem llegó al cine como aficionado, luego como crítico y, finalmente, a los 26 años, como estudiante. Cuatro años más tarde, en 1989, su film de graduación ("Alaska", un thriller de 45 minutos), pareció ponerlo en el camino del éxito, ganando diversos premios, entre los que se encuentran el Becerro de Oro (Golden Calf), máximo galardón del cine holandés, al mejor cortometraje y el premio norteamericano Student Academy Award. 

En 1991, el productor holandés Laurens Geels lo contrató como asistente de dirección y lo instó a que leyera "Carácter", una novela de 1938 con la idea de hacer una versión cinematográfica. Pero Van Diem no estaba listo.  Sería a principios de 1995 cuando decidieron retomar la idea de realizar la película.

La película se centra en tres aspectos fundamentales: la superación personal de un individuo que deberá ir formando su personalidad en un clima hostil y alejado de cualquier tipo de contención familiar; la tensión en las interrelaciones familiares debido a una fuerte puja de imposición de caracteres y la demostración de autosuficiencia por parte de cada miembro de esta familia.

El comienzo de la película es impresionante, su ritmo y su montaje. La separación y el silencio parece ser el sino de los personajes. La relación entre padre e hijo queda establecida por la persecuión, la provocación, el rencor y la violencia. El daño a la sensibilidad del joven es patente y se manifiesta en la imposibilidad de profundizar en sus relaciones humanas con otras personas. Lo que rige las relaciones de Deverhaven, Katadreuffe y Joba, este triángulo de silencio, es el orgullo. La soberbia es lo que marca esta grave represión de los sentimientos. Katadreuffe es formado entre el orgullo y el silencio porque ambos padres son soberbios y ninguno cede ni muestra sus sentimientos.
El detalle final de la carta a Katadreuffe firmada con la palabra Padre libera por fin los sentimientos contenidos a lo largo de toda la película. En ese sentido, este film tiene una estructura de melodrama, del cual han sido eliminados todos las manifestaciones externas de emoción, lo que carga las escenas con mayor tensión. 
La cámara se mueve todo el tiempo, pero no se mueve en base a una estética que quiera subrayar su presencia por si misma, no es preciosista. Todos los movimientos de la cámara están sujetos a la economía narrativa y están dirigidos a marcar, subrayar o mostrar un momento de la trama o la acción de un personaje.La atmósfera del film recuerda un poco a Fritz Lang. El ritmo del montaje es rápido  y tenso, remarca las escenas más dramáticas con cortes breves (como en el suicidio).

6/6/11

Ascent by Larisa Shepitko | "Восхождение" Ларисы Шепитько


Primero, quiero pedir disculpas, no he encontrado otro clip, uno en el que esté subtítulado, así todo espero que os guste y que os abra el apetito de verla en la filmoteca o en casa.

Se trata de uno de los últimos films de Larisa Shepitko, morirá en el transcurso de su siguiente film, con él ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín.
Con un guión de Yuri Klepikov y la propia Larisa, se basaton en la novela de Vasili Bykov; la fotografía en blanco y negro fue dirigida por Vladimir Chukhnov y Pavel Lebeshev. En el reparto: Boris Plotnikov, Vladimir Gustyukhin, Sergei Yakovlev, Lyudmila Polyakova, Viktoriya Goldentul, Anatoly Solonitsyn, Mariya Vinogradova y Nikolai Sektimenko.
Durante la Segunda Guerra Mundial, dos partisanos soviéticos se apartan del grupo, que está hambriento, para ir a una pequeña granja a coger provisiones. Pero, como los alemanes han llegado primero, tendrán que seguir recorriendo territorio ocupado para encontrar otro sitio donde abastecerse.

Shepitko evita dar lecciones propagandísticas o patrióticas ofreciendo en su lugar un potente drama psicológico, además de aportar un toque “trascendental” obtenido, como no, centrándose en un retrato muy físico de rostros y paisajes antes que en recursos artificiales y tramposos. Con el ubicuo Anatoli Solonitsyn interpretando a un interrogador.
Formada en la mítica escuela moscovita VGIK, Larisa Shepitko (1938-1979) dirigió tres interesantes películas (incluyendo Alas, recientemente restaurada por Criterion) antes de ganar el Oso de Oro en el festival de cine de Berlín por La ascensión, pero por desgracia su carrera terminó poco después debido a un mortal accidente de tráfico. Hoy en día Shepitko suele ser recordada más por haber sido la esposa de Elem Klimov (Ven y mira) que por sus logros como directora; sin embargo, creemos que un vistazo a su obra maestra bastará para convencer a cualquiera de que fue una artista con un excepcional talento cuya filmografía fue prematuramente truncada.

Algunos de los filmes de Larisa Shepitko muestran los espacios sociales y sus instituciones a través de los individuos. Shepitko pertenece a una generación de cineastas del pos-guerra, como Andrei Tarkovski, Sergei Paradjanov, Klimov, su compañero desde el rodaje de Alas, o Marlen Khuciev, que tienen en común el hecho de ser más subjetivos y una mayor preocupación por la innovación formal. Se alejan definitivamente del realismo soviético anterior, tal como ya lo habían hecho Kalatozov y Chukrai. Shepitko fue aprendiz de Alexander Dovzhenko, como Paradjanov, e intérprete de Poema del mar (1958), película póstuma realizada por Julia Solntseva. Estos años animados por un clima de mayor libertad del gobierno de Jruschov, han hecho posible un cine más crítico y distante con el periodo estalinista. Pero estos años no duraron mucho. Tras el alejamiento forzado de Jruschov muchas de estas películas fueron prohibidas o censuradas, de tal forma que buena parte de este nuevo cine no se vio, entre ello los filmes de Shepitko.

Más allá de la importancia histórica y del marco material, en los filmes de Shepitko hay una dimensión más invisible e inmaterial. No sólo porque el marco histórico se muestra a un nivel más privado, lo que hace que, por ejemplo, se detenga de forma crítica en las relaciones entre los sexos, sino también porque hay algo muy misterioso en su cine. Presencia y ausencia de personas en el espacio o un presente irrumpido por una dimensión onírica o por hechos del pasado, pero Shepitko mantiene estos rasgos siempre a un mismo nivel, siendo difícil distinguirlos.

2/6/11

E. J. Bellocq, el fotógrafo de los "bajos fondos"



John Ernest Joseph Bellocq fue un fotógrafo americano (nacido en 1873 en una rica familia del barrio francés de Nueva Orleans y fallecido en 1949) conocido por sus fotografías de prostitutas de los recién legalizados (en aquel entonces) prostíbulos de Storyville, en Nueva Orleans. Los críticos en fotografía coinciden en sus juicios acerca de la obra de Bellocq: la delicadeza en los encuadres, el cuidado erotismo y el respeto por las retratadas hacían de sus fotografías una obra maestra.




En 1970 el famoso fotógrafo Lee Friedlander presentó al gran público la obra de un hasta entonces desconocido E J Bellocq. Su trabajo más reconocido consiste en 89 desnudos de prostitutas de Storyville cuyos negativos fueron rescatados Friedlander, y objeto de una exposición y una publicación titulada Bellocq : photographs from Storyville, the red-light district of New Orleans en la que se cuenta con la colaboración de Susan Sontag y John Szarkowski. Algunas de esta fotografías están dañadas de un modo deliberado para que no se pudiese identificar a las mujeres, en otras se solucionaba esta cuestión con el uso de máscaras.

Se han dicho muchas cosas de Bellocq, entre otras, que era hidrocefálico, enano y que hablaba con un pronunciado acento francés. Otros estudiosos afirman que era un tipo alto y apuesto y que el acento francés era más bien un deje fonético frecuente entre los habitantes de la ciudad en la que nació: Nueva Orleans.

Comenzó fotografiando barcos y maquinaria portuaria del Mardi Gras para pagar el alquiler de su apartamento. Posteriormente, justo antes de la I Guerra Mundial, comenzó a frecuentar los recién legalizados prostíbulos de Storyville, en Nueva Orleans. Los críticos en fotografía coinciden en sus juicios acerca de la obra de Bellocq: la delicadeza en los encuadres, el cuidado erotismo y el respeto por las retratadas hacían de sus fotografías una obra maestra.

Lo irónico de esta historia es que no se han hallado retratos del propio Bellocq. Friedlander aseguró en su día que la mayor parte de las placas y negativos que encontró escondidos en un sofá habían sido dañados a propósito por el propio Bellocq y sus amigos. Su trabajo influyó en fotógrafos como Joel-Peter Witkin. Tras el descubrimiento de sus fotografías éstas han sido expuestas en numerosos museos a lo largo de todo el mundo.