
Pero lo que nadie sabía era que el rey de los Goblins se había enamorado de la chica y le había dado ciertos poderes... y por ello la chica sufría en silencio; hasta que una noche, cuando el bebé había sido especialmente cruel con ella, llamó a los goblins pidiendo ayuda... "Di las palabras correctas" dijo el goblin, "nos llevaremos al bebé a la Ciudad de los Goblins y tú serás libre". Pero la chica sabía que el rey de los goblins se quedaría al bebé en su castillo para siempre, para siempre, para siempre; y por ello la chica sufría en silencio. Hasta que una noche, después de todo un día de trabajo en casa y herida por las duras palabras de su madrastra, no tuvo más fuerzas para aguantar...
... ¡Rey de los Goblins! ¡Rey de los Goblins!
¡si estás por aquí, llévate a este niño bien lejos de mi!
(-No es así, quién le ha enseñado esa idiotez?!
-La frase no empieza por "rey de los goblins!")
...Ojalá..., ojalá..., ojalá vinieran los goblins y se te llevaran. Ahora mismo."

Esta película fue estrenada en 1986 bajo la dirección de Jim Henson y
con las actuaciones estelares de Jennifer Conelly y David Bowie. Dirigida por el creador
de los Teleñecos. El guionista es Terry Jones, George Lucas es el
productor ejecutivo y Frank Oz el animador.

Sarah es desafiada a cruzar un laberinto y llegar al castillo de Jareth
tanto sólo en 13 horas. Como los duendes no destacan por su juego
limpio, Sarah tendrá todo en su contra. Cada bicho que se encuentre en
el camino no hará más que desorientarla. Sólo el solitario Huggle, un
enano curtido que parece tener cien años, será para Sarah una especie de
Virgilio malhumorado y cobarde que sin querer la ayudará a sortear el
laberinto. Durante el recorrido ocurre de todo y hasta las piedras
mienten. Hay túneles de manos que forman rostros, aldabas que discuten
entre sí, demonios enclenques que lanzan sus cabezas como pelotas, entre
otras sorpresas. Este mundillo malicioso y caótico tal vez nos recuerde
los cuadros alucinantes de El Bosco, aquel artista medieval que
fantaseó con el infierno y otras pesadillas de su época. Otra
inspiración declarada son los mundos imposibles de M. C. Escher, artista
y matemático, experto en engañar la percepción.


En la historia narrada subyace un poema de amor construido sobre el mito
del laberinto, alegoría del camino hacia el interior de nuestros
secretos. El rey de los Goblins se enamora de Sarah con la que inicia un
juego de inteligencia lleno de magia, acertijos y misterio. En el
transcurso del viaje por el laberinto en busca de su hermano, la joven
se enfrenta con muchos peligros y conoce a nuevos amigos, con los que
aprende el valor de la amistad y el coraje, pero sobretodo aterriza en
el mundo de los adultos para abandonar la infancia; aunque no del todo
(como nos muestra el final de la película).
También cabe remarcar la música de la película de la mano del maestro
David Bowie, quien representa al rey de los Goblins con mucho carisma y
llena la banda sonora de ritmos ochenteros con baterías, teclados
eléctricos y guitarras. Sin ser un musical, la cinta nos ofrece momentos
en los que los personajes cantan y aquí Bowie es donde más luce. Podéis disfrutar de la B.S.O. en Grooveshark.
"Por increíbles caminos e innumerables fatigas, me he abierto camino
hacia el castillo más allá de la Ciudad de los Goblins para recuperar
al niño que me has robado.
Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya
y mi reino igual de grande. ¡No tienes poder sobre mí!"
"Didymus: ¡He jurado con mi propia sangre que nadie cruzará este camino sin mi permiso!
Sarah: Bien, ¿nos das tu permiso?
Didymus: Ehhhhh, bueno, yo… eh… eh… ¿Sí?
Sarah: ¡Gracias, noble señor!"
Sarah: Bien, ¿nos das tu permiso?
Didymus: Ehhhhh, bueno, yo… eh… eh… ¿Sí?
Sarah: ¡Gracias, noble señor!"
Por mucho que nos pese en USA fue un fracaso, logrando recaudar
solamente la mitad de su presupuesto (25 millones de dólares), aunque en
otros países, como Japón, tuvo cierto éxito
Después de este film Henson nunca más volvió a dirigir en el cine y siguió con otros proyectos televisivos, básicamente porque su fracaso económico lo desmoralizó y lo llevó a una depresión. A saber que más tenía que decir en el mundo del celuloide.
Después de este film Henson nunca más volvió a dirigir en el cine y siguió con otros proyectos televisivos, básicamente porque su fracaso económico lo desmoralizó y lo llevó a una depresión. A saber que más tenía que decir en el mundo del celuloide.
Por cierto, amenazan con una precuela!
"- Dame al niño...! Sarah, ¡cuidado!
- He sido generoso hasta ahora, pero
puedo ser cruel.
- ¿Generoso? ¿Qué has hecho que sea generoso?
- ¡Todo! Todo lo que tu quisiste que hiciera. Pediste que me llevara al
niño; y me lo llevé. He cambiado el orden del tiempo. He vuelto el mundo
del revés y todo lo he hecho por ti. Estoy agotado de vivir según lo
que tu esperabas de mí. ¿No es eso generosidad? Por increíbles
peligros e innumerables fatigas me he abierto camino hasta el castillo
más allá de la Ciudad de los Goblins, porque mi voluntad es tan fuerte
como la tuya y mi reino igual de grande.
- ¡Basta!
- Mira Sarah, mira
lo que te estoy ofreciendo, tus sueños. Te pido tan poco... tan sólo
témeme, ámame y yo seré tu esclavo, y mi reino igual de
grande. ¡Demonios nunca consigo recordar ese párrafo...! Tan solo
deja que te gobierne y podrás tener todo lo que tu quieras.
- No
tienes poder sobre mí."
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