París, en un futuro cercano. Marc y Hans son dos ladrones que deben dinero a una dura mujer americana que les da dos semanas para pagar. Planean robar y vender un nuevo antídoto para un virus tipo SIDA llamado STBO que está matando a los que practican el amor sin amor, pero necesitan a alguien de manos rápidas. Reclutan a Alex, apodado lengua veloz, un chico rebelde que está rompiendo su relación con Lisa, su novia de 16 años de edad. Poco antes del robo, las cosas se complican.
Thomas ama a Lisa. Lisa ama a Alex. Alex ama a Anna, pero Anna ama a Marc. Cuando todo parecía haber acabado, el amor recién estaba empezando.
Película francesa de 1986 dirigida por el gran Leos Carax, cineasta prodigio, escribió su primer film en 1982 Boys Meets Girl, aquí comienza su idilio fotográfico con Jean Yves Escoffer, éste seguirá siendo su director de fotografía en otras películas como Mauvais Sang y Les Amants Du Pont Neuf, por cierto, serán dos de sus mejores films. Carax es un poeta del cine, hace magia con la imagen, cuando ves una de sus películas te introduces en submundo lleno de fuerza, de alegría, de misería, de triste, de amor, de desamor..., al fin y al cabo, te introduces en la vida, en la magia de vivir.
Carax se asemeja al protagonista de Arrebato, de Iván Zulueta, es Will More, se supera, se come la pantalla, mejor dicho el cine se lo zampó. Influenciado por Godard, Chaplin, Borgaze, Lang o Murnau, entre otros.
Protagonizada por Juliette Binoche y Denis Lavant, álter ego del director. Carax ha diseñado cuidadosamente cada plano. La relación entre Lisa y Alex se desarrolla en espacios abiertos y luminosos. El encuentro de Alex con Anna se realiza con una escenografía de blancos, negros y grises, donde, de vez en cuando, se cuela algún color primario: la chaqueta amarilla de Alex, la sábana roja o la bata azul de Anna. Los primeros planos permiten que la gestualidad de los actores transmite la fuerza de los personajes. Los planos generales, cortos, son escogidos para mostrarnos a Marc, recorriendo nervioso la sala de su casa.
En una secuencia la cámara sigue a Lavant en una frenética carrera al ritmo del Modern Love de David Bowie. Alex, que ha tragado demasiado cemento en la cárcel, se retuerce de dolor, aprieta su estómago como si tratase de tapar una herida. Y corre.
Carax se permite juegos como mostrar a un posible Cocteau de espaldas, o dejarnos ver a Thomas con un ojo tapado, debido a una infección; idea que retomará y desarrollará en Les Amants Du Pont Neuf.
Recoge el testigo, Carax, realizando un homenaje a Godard a la secuencia de la muerte de Michel en Al final de la escapada. Mediante un travelling la cámara sigue por la espalda al personaje interpretado por Jean-Paul Belmondo que, tras haber sido tiroteado, emprende su última carrera y se tambalea en diversas ocasiones hasta caer desplomado al suelo: único final posible para un personaje en perpetua huída.
También recibe la influencia de El confidente de Jean-Pierre Melville. Al remontar la escena de un atraco frustrado que deviene en persecución policial se advierten más claramente las similitudes con la secuencia citada de Mala sangre.
Disfrutemos por siempre de Mala Sangre.
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Un saludo
:D :D Mala Sangre es pura poesía!!!
ResponderEliminarInteresante ¡¡ habrá que verla ¡
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