Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), compositor austriaco del periodo clásico. El genio de Salzburgo tuvo la desgracia de ser la esencia musical, a una edad en la que a uno nadie le toma demasiado en serio. Mostrado como un ser extraño, en espectáculos casi circenses, el joven Mozart sólo cree servir para defraudar expectativas. Una infancia melancólica de sí misma, por fugaz y prematuramente usurpada, es suficiente para teñir de hastío toda una vida.
El reducido círculo católico de Salzburgo encabezado por el arzobispo Colloredo, fue la causa de la incesante búsqueda hacia un dogma de fraternidad que no pudo encontrar en la estructura eclesial, basada más en intereses políticos que en un auténtico postulado de amor fraterno.
La masonería se ubicaba en el siglo XVIII, en un terreno de nadie, que preconizaba los albores de una ilustración incipiente, foro de grandes intelectuales deseosos de desprenderse de una superchería inculta, anclada en el viejo orden. Constituida la masonería como centro del pensamiento de un - novus ordo seclorum- (nuevo orden para el siglo) se instaura en las conciencias de ilustrados intelectuales , que ven en las premisas de fraternidad y ayuda mutua un foro para sus aspiraciones intelectivas.
En este orden de cosas el 14 de Diciembre de 1784 ingresa el genio de Salzburgo con el grado de Aprendiz, en la Logia Zur Wohltätigkeit (de la Beneficencia) de Viena. Fue introducido por el Barón Otto Von Gemminger Hombag. Mozart le había conocido tiempo atrás en la muy musical ciudad de Mannheim.
Encuentra Mozart, según sus palabras, que constan en la numerosísima correspondencia que aún se conserva, un remanso de paz y de libertad que jamás había experimentado. Las Tenidas (reuniones masónicas) eran para él un lugar de opinión libre y de encuentro con sus hermanos de Logia a los que apreciaba sobremanera. Tal fue su entusiasmo por la logia, que en muy poco tiempo llegó a ser Maestro, entonces el penúltimo grado hasta Gran maestro. Ese entusiasmo fue inoculado en su padre Leopoldo, que ingresaría más tarde en la Logia, y en el músico Joseph Haydn, quien fue introducido personalmente por Mozart, si bien éste no estuvo presente en la iniciación de su compañero, pues se encontraba en la Mehlgrabe de Viena estrenando su concierto para piano K466.
Hay en la masonería una gran implicación con la música, entendida como una de las siete artes que proporcionan el equilibrio. En la jerarquía masónica, el aprendiz estudia la música, el compañero la interpreta y el maestro la idealiza cómo axioma imperecedero, esto es: deriva de ella un valor universal valedero para todo hombre en todo tiempo.
Son muchas y variadas las obras que Mozart compuso para su Logia:
Pequeña Cantata masónica KV623; Lied KV623a; Thamos KV 345; Oda Fúnebre Masónica KV477 y la excelsa Música para un funeral Masónico KV 479. Esta ultima obra maestra de apenas ocho minutos en la que el genio de Mozart aflora sin cortapisas utilizando para “difuminar” el sonido la técnica del “Tritono” que más tarde utilizaría en el Réquiem.
Estudio separado merece sin duda “La flauta mágica”, observada inicialmente como ópera “pseudobufa”, de entretenimiento para el vulgo de los arrabales de Viena, es toda una cosmografía de símbolos masónicos, que no pasan desapercibidos a los avezados en esta iconografía. Parece que algunos de los miembros de su logia criticaron a Mozart haber puesto en peligro secretos, hasta entonces bien guardados.
Es pues la masonería un refugio para el guerrero, harto de luchar en cortes palaciegas para obtener un reconocimiento, que en ocasiones se le negaba, por un humano afán de destrucción de lo hermoso. Da la sensación, de que contradiciendo el imperativo categórico de Kant, Mozart fue siempre utilizado por sus contemporáneos como un medio y nunca como un fin en sí mismo.
En su postrero encargo del sublime Réquiem, Mozart hace un alto en su camino más místico, para componer el “Elogio a la amistad” K 623 dedicado a su Logia, dejando este mundo para alcanzar la gloria más merecida pasados 55 minutos del 5 de Diciembre de 1791.
La Flauta Mágica fue compuesta en pocas semanas, durante el mes de Julio de 1791, se dio a conocer en septiembre del mismo año. La obra alcanzó rápida difusión desde sus comienzos. A mediados de 1806 se registraban ya 223 representaciones en el escenario de su creación. El libreto utilizado por Mozart para la que sería cronológicamente su última ópera, le fue suministrado por el Emanuel Schikaneder, autor, actor mímico y cantante alemán, amigo y hermano de Logia del músico.
La Flauta Mágica presenta una visión del hombre y su fe en la posibilidad de ascensión a lo divino a través de la iniciación, siempre que el recipiendario sea iniciable y trabaje con seriedad como en el caso de Tamino, pues como se pude apreciar con Papageno a pesar de pasar por parte de la misma no surte ningún efecto.
Los principales elementos simbólicos utilizados en la Flauta Mágica pertenecen a la Masonería, a la mitología griega, a la alquimia y a la astrología, convergiendo las tradiciones Celta (roble), Persa (Cípres) y Egipcia, desarrollándose la obra en un conjunto de templos dedicados a los misterios de Isis y Osiris, esto es debido a la fascinación que causó en Europa el redescubrimiento de Egipto en el siglo XVII y la influencia que ejerció sobre Mozart Igmaz Von Born, también se puede percibir la influencia de Las Bodas Químicas de Christian Rosenkrautz.
Los diversos personajes se relacionan con el sistema astrológico de la época de dos astros y cinco planetas (el sol, la luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) como veremos más adelante.
El tres es número predominante en todo momento dentro de la obra reflejado a través de:
-Los tres acordes mi bemol mayor (mi b., sol, si b.) iniciales de la obertura, la que es descrita como" a la vez heroica y apacible- humana" es significativa en toda la producción de su música masónica.
-La presencia de las tres Damas de la Reina de la Noche.
-Los Tres Genios (la contrapartida de las tres damas) enviados por Sarastros que guían a Tamino, que serían manifestación de la Sabiduría.
-Los Tres Guardias que cuidan la reunión de logia
-Los tres Templos: De la Naturaleza, La Razón y la Sabiduría; aquí podemos ver la influencia de Las Bodas Químicas.
En el primer capítulo de dicha obra denominado Día Primero aparece una carta que es una invitación que tiene los siguientes versos en letras de oro sobre fondo azul: "Hoy, hoy, hoy" "Son las bodas del rey," "Si tú estas puro y tomas parte," "Elegido por Dios para la dicha". "Ve hacia la montaña" "Que sostiene tres templos" "Y verás los acontecimientos," "Ponte en guardia" "Y examínate a ti mismo" "Si tú no estas lo suficientemente puro," "Las bodas te serían fatales" "Desgraciado del que se entretiene allá abajo" "Que aquel que sea muy voluble se abstenga."
Como así también en los vestidos de Pamina, la cinta que usa en su cabeza y las túnicas rojas de los iniciados.
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